En Colombia, por hablar de un país familiar para nosotros, un adulto de clase media se levanta a las siete de la mañana, prepara su día, camina al trabajo o decide si toma autobús, su carro o su bicicleta al trabajo. Al final de la jornada, regresa a casa, y sin importar si es fin de semana o no, puede con frecuencia pedir un delivery o salir a cenar. Su salario es suficiente para pagar sus impuestos, cubrir el seguro médico de su familia, tener un presupuesto para vestido y calzado, tener un fondo de ahorros para contingencias, e incluso salir con frecuencia al cine o de vacaciones. En contraste, un adulto clase media venezolana enfrenta una situación radicalmente distinta: debe madrugar cada día para aprovechar los minutos de agua diaria que el racionamiento le permite, bañarse con agua caliente solo si tiene suerte de tener electricidad, y salir luego a la calle a tomar un sistema de transporte público casi inexistente para tratar de llegar a tiempo a un trabajo que le da un ingreso a todas luces insuficiente. Su salario le permite comprar algunos alimentos y no mucho más, no puede aspirar a tener un presupuesto para ropa, entretenimiento, mucho menos ahorros para contingencias o viajes.
Venezuela experimenta la recesión económica más severa y prolongada de su historia económica moderna. El país ha perdido más de dos tercios de su Producto Interno Bruto, produciendo una degradación extrema de las condiciones materiales de vida de sus habitantes como consecuencia. La hiperinflación, el colapso de los ingresos laborales, la falta de acceso a servicios básicos, las carencias de alimentos y medicinas, y la desaparición de todo vestigio de red de protección social pública, son parte de los muchos males que aquejan a los venezolanos.
En este contexto, ¿Qué ha pasado con la clase media en Venezuela? La respuesta, aunque se intuye, no se conoce con certeza. No existe hasta ahora una evaluación apropiada de los efectos que la profunda crisis económica ha tenido sobre los indicadores socioeconómicos de las clases medias en Venezuela. Anecdóticamente, se afirma con frecuencia que la clase media “desapareció”, pero la verdad es que todavía es limitado el conocimiento basado en evidencia sobre su tamaño actual y su evolución reciente.
Existe amplio consenso sobre el efecto positivo que tiene la expansión de la clase media sobre el bienestar de un país. La literatura especializada señala que el crecimiento consolida a las clases medias y estas, a su vez, con sus patrones de consumo, su mayor propensión a la acumulación de capital físico y humano, su capacidad emprendedora y su tendencia a favorecer programas políticos moderados, fomentan el crecimiento económico, la equidad y la estabilidad.
Venezuela no fue la excepción, de hecho, en su período de rápido crecimiento de la segunda mitad del siglo XX, el país logró constituir una extensa y robusta clase media, una que llegó a tener niveles de bienestar y consumo similares a los de los países desarrollados.
El propósito de esta nota técnica, en su primera parte, es revisar conceptualmente la definición de clase media y caracterizar los rasgos distintivos de su evolución reciente a la luz de los efectos de la crisis económica. La estrategia empírica utilizada se basa en el análisis cuantitativo de los microdatos de las Encuestas de Hogares por Muestreo (EHM, 2010-2015) y de la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI, 2016-2019/20).
Sobre la definición de clase media
Se sabe que, conceptualmente hablando, la condición de ser clase media es un fenómeno complejo, que puede ser abordado desde distintas aristas, desde históricas, hasta económicas o sociológicas. Se reconoce, además, que es un fenómeno multidimensional, que se relaciona con el ingreso, pero que aborda incluso estilos de vida, patrones de consumo, auto-percepciones y elementos locales de cada país. Sin embargo, desde la perspectiva puramente de la evaluación socio-económica, la noción de clase media está referida a aquella porción de la población con capacidad para satisfacer una canasta de bienes y servicios particular, más extensa, variada y sofisticada de la que se usa para delimitar la línea de pobreza. Para operacionalizar esta noción ”materialista” de la clase media, la literatura especializada analiza el ingreso total de las familias para establecer el rango de ingresos que, al menos en teoría, es suficiente para adquirir dicha canasta.
En esta línea de análisis hay dos aproximaciones a la definición de la clase media: por un lado, aquellos estudios que la definen como el conjunto de hogares que se encuentran en la zona central de la distribución del ingreso, generalmente entre cotas que son múltiplos del ingreso medio de la sociedad. Por el otro lado, los estudios también llamados de definiciones absolutas, que se basan en el establecimiento de umbrales –superior e inferior– que midan una franja de ingresos que caracterice el nivel de vida típico de la clase media.
Para cuantificar y rastrear la evolución de la clase media venezolana, esta nota técnica utiliza tres definiciones: del primer grupo de medidas relativas, se usa la definición clásica de Davis y Houston (1992)1, que define la clase media como aquellos hogares con ingresos per cápita en una banda entre 50% y 150% de la mediana de los ingresos per cápita de la economía.
En cuanto a las definiciones absolutas, se utiliza, en primer lugar, la definición de López-Calva y Ortiz-Juárez (2011)2, que establece que un hogar de clase media es uno que posea un ingreso entre USD10/per cápita/día y USD50/per cápita/día.3,4. En segundo lugar, se implementa una la versión menos astringente de la definición anterior, presentada en Zambrano y Jaramillo (2013)5, donde se define la clase media como las familias no pobres-no ricas, es decir, familias con ingresos por encima de la línea de pobreza moderada, pero por debajo del umbral que delimita las familias de “clase alta”, que como se mencionó es de USD50/per cápita/día.
¿De qué tamaño es la clase media venezolana?
El análisis de los microdatos de las encuestas de hogares de Venezuela nos permite tener una idea de la evolución del tamaño de la clase media venezolana en los últimos 10 años. En primer lugar, aplicando el primer criterio (definición relativa) para medir la clase media, la primera conclusión que se obtiene es que la porción de la población con ingresos alrededor de la mediana se redujo notablemente entre 2010 y 2019 (ver gráfico 1). Las cifras son sugestivas: En 2010, cerca de 64,5% de la población vivía con ingresos cercanos a la mediana, esta cifra cayó a aproximadamente 41,7% según la Encovi 2019/2020. El resultado puede explicarse intuitivamente: si una proporción menor de la población vive en la “zona central” de los ingresos, necesariamente los extremos, los más ricos y más pobres de la distribución, deben haber crecido, es decir, la distribución del ingreso en Venezuela desmejoró en la última década.
Gráfico 1
Pero los indicadores relativos no resultan precisos para medir la caída del tamaño de la clase media pues, al fin y al cabo, siempre habrá una cantidad considerable de hogares viviendo alrededor de la “zona central” de la distribución. Mucho más revelador es la caracterización de esa zona central en términos de ingresos, para medir la evolución de la capacidad de compra de estos hogares. De acuerdo a los resultados obtenidos, entre 2010 y 2019/20, una familia venezolana de clase media perteneciente a esta franja de ingresos pasó de ganar aproximadamente USD830 al mes en 2012, a ganar apenas USD195 al mes en 2019/20, lo cual implica una abrupta caída de cerca de 77% en su poder adquisitivo (ver gráfico 2).
Gráfico 2
Las definiciones absolutas de clase media resultan mucho más útiles para calcular cuánta gente ha dejado de ser clase media en Venezuela. Bajo este criterio también se selecciona un rango que define a la clase media, pero esta vez delimitado por montos específicos -invariables en el tiempo- que, en teoría, constituyen un ingreso asociado con cierto grado de seguridad económica y protección frente adversidades. Implementando la primera definición absoluta mencionada, con un rango entre USD$10 y USD$50/per cápita/día, se puede apreciar una abrupta caída de la porción de la población considerada como clase media. De acuerdo a este criterio, en la década que transcurrió entre 2010 y 2019/20, la clase media pasó de ser aproximadamente el 62,0% de la población a ser solo el 15,5% de la población, es decir, en una década la clase media se redujo a menos de una cuarta parte de lo que era en 2010 (ver gráfico 3).
Gráfico 3
Finalmente, aplicando la definición absoluta de la clase media referida como los “no pobres-no ricos”, que como se mencionó utiliza una franja de ingresos cuyo límite inferior es el ingreso que delimita el umbral de pobreza moderada y cuyo límite superior es USD50/per cápita/día, observamos un patrón similar. Bajo este criterio, entre 2010 y 2019/20 la clase media pasó de ser cerca de 72,0% de la población a representar aproximadamente solo un 5,3% de la población al final del período, es decir, la fracción población de la población considerada “ni pobre-ni rica”, es decir, la clase media, se redujo a menos de una décima parte de su tamaño de hace una década (ver gráfico 4).
Gráfico 4
La clase desaparecida
En los últimos años, los agudos efectos que la crisis humanitaria ha tenido sobre las condiciones de vida de los sectores más vulnerables han sido relativamente bien documentados. Hoy sabemos que las condiciones de pobreza extrema y falta de acceso a bienes esenciales es un fenómeno generalizado y territorialmente extendido, que afecta a una porción mayoritaria de la población de Venezuela. Es de suponer que otros segmentos de la población, como es el caso de los estratos medios, también han sido afectados de manera directa, aunque hasta ahora no se ha producido mucha evidencia empírica sobre su evolución y desempeño reciente.
Esta nota técnica hace uso de las fuentes de microdatos disponibles para analizar el tamaño y la evolución reciente de la clase media venezolana. La principal conclusión de esta primera parte del análisis es que, independientemente de la definición que se utilice, se corrobora una caída abrupta y sistemática tanto en el tamaño de la clase media, como en el poder de consumo de quienes todavía forman parte de ella. En líneas generales, se verifica que el ingreso típico de una familia de clase media ha caído más de 75% desde 2010 y que, hoy en día, aproximadamente 9 de cada 10 familias que era considerada de clase media a principios de la década pasada, ya no lo es.
Venezuela llegó a ser el hogar de la más grande, sólida y próspera clase media de la región, de la cual hoy no queda casi nada. Al menos desde la perspectiva de los ingresos, la clase media es una clase desaparecida. Más allá del ingreso, si hablamos del acervo de capacidades de la clase media disponible para el país, la situación es crítica: una parte importante de este segmento forma parte de los millones de emigrados de los últimos años, mientras que la poción que permaneció en Venezuela, sufre una segura erosión de su capital físico y humano bajo los efectos perversos de la depresión económica y la crisis humanitaria.
Como se mencionó al principio de esta nota, la expansión y estabilidad de la clase media puede contribuir a un círculo virtuoso que contribuya al crecimiento económico, la equidad y la consolidación de la democracia. Es por lo anterior que la rehabilitación de la clase media en Venezuela debe ser un objetivo programático de primera prioridad en cualquier estrategia de desarrollo futura. En la segunda parte de esta nota técnica, se analizará la evolución de los indicadores de bienestar material de la clase media venezolana más allá del análisis de los ingresos, y se pondrá énfasis en el tipo de políticas públicas que deberían incluirse en cualquier proyecto que aspire a la reconstrucción nacional.
- Davis, Joe and Huston, John. 1992. The Shrinking Middle-Income Class: A Multivariate Analysis, Eastern Economic Journal, 18, issue 3, p. 277-285.
- López-Calva, Luis F. and Eduardo Ortiz-Juárez. 2011. “A Vulnerability Approach to the Definition of the Middle Class.” Policy Research Working Paper 5902, World Bank, Washington, DC.
- Todas las cifras correspondientes a umbrales de ingreso en las definiciones absolutas son expresadas en dólares americanos ajustados por paridad de poder de compra (PPP) con año base 2011.
- De acuerdo a esta definición, esta franja de ingresos que implica un cierto grado de estabilidad económica y resistencia a choques negativos por parte de las familia. Para establecer el umbral inferior de ingreso que define la clase media con “seguridad económica”, los autores utilizaron el nivel de ingreso que hace que la probabilidad de caer de nuevo en la pobreza no supere el 10% en un período de 5 años. Este umbral inferior resultó ser de USD 10 per cápita por día, ajustado por un tipo de cambio de paridad de poder de compra (PPP). El umbral superior se establece en USD 50 per cápita por día, ajustado por PPP, que es un límite subjetivo que divide la clase media y la clase alta, derivado de los resultados de la Encuesta de Cohesión Social en América Latina (Eco-Social), realizada por la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN) de Chile para Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú.
- Zambrano, Omar, and Jaramillo, Fidel. 2013. “La clase media en Perú: Cuantificación y evolución reciente”. Banco Interamericano de Desarrollo. Nota técnica # IDB-TN-550. Marzo.
Si el 15.5% es Clase Media en Venezuela. Me imagino que la Clase Alta es el 0,5% la Clase Vulnerable es el 34% y la Clase Pobre es el 50%. Ya desde hace años en Venezuela se dejo de vivir con el salario minimo. Y el 60% de las transacciones son en moneda extranjera. La crisis ha destruido el poder adquisitivo de la mayoria de los venezolanos. Pero tambien hay que reconocer que muchos venezolanos estan emprendiendo y buscan varias fuentes de ingresos para sobrevivir.
De donde sacan que la clase media en Venezuela en 2010 se movia alrededor de 72% 64.5% y 62%. Si a caso llegaria al 50% en el mejor año en estos 22 años de Chavez/Maduro. Si a caso esa cifras seran de antes de 1999.